Artículos en Aproin
Artículos publicados en la Revista Aproin www.aproin.com.
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Una factura es un documento que acredita de una adquisición de un producto o servicio. Una factura electrónica es el equivalente informático de este justificante.
Aunque hace ya mucho tiempo que, gracias a los avances tecnológicos, es posible técnicamente generar e intercambiar facturas en este formato, han sido necesarias ciertas adaptaciones normativas para que tuvieran validez legal.
Tales han sido los avances que el pasado 15 de enero esta manera de facturar se ha impuesto como, en teoría, obligatoria para las operaciones con la Administración pública en España.
Para que una factura electrónica sea válida es fundamental que el receptor la acepte, dando su consentimiento.
Las facturas, independientemente de su formato y según la reglamentación actual, deben poder ser leídas por el destinatario, se debe garantizar su autenticidad (es decir, poder comprobar que su emisor es realmente quien dice ser) y la integridad de sus contenidos (en otras palabras, que no ha sido modificada indebidamente). En el caso de la versión electrónica, estos requisitos se pueden cumplir mediante las firmas electrónicas y otros certificados.
Desde hace unos años el mundo de las impresoras 3D se ha popularizado. ¿En qué consiste la impresión 3D? La verdad es que es casi magia, pues en esencia crea un objeto real a partir de unos planos en formato electrónico, exactamente igual que se puede generar un documento en una impresora convencional pero con al particularidad de que es en tres dimensiones.
¿Qué se puede imprimir? Pues casi todo…
Desde hace ya bastantes años, esta opción está disponible en el mundo de la industria y otros sectores profesionales, pero los precios de los dispositivos están bajando y ya empiezan a ser asequibles para (casi) todos los bolsillos. Hoy en día ya se pueden encontrar impresoras 3D por unos 1.000 € o menos. Es posible que, además de en entornos profesionales, se empiecen a usar en todos los sectores poco a poco, incluso en casa.

¿De dónde se puede extraer buena parte de la información para tener la mejor versión la página para saber qué funciona, qué no y qué conviene cambiar?

El primero fue WhatsApp (2009). Durante unos años apenas tuvo competencia, pero en el año 2013 se popularizó Line con una agresiva campaña publicitaria y de “boca a boca” y un poco después, en agosto, nació Telegram, otro gran rival, si bien no se hizo famoso en España hasta febrero de 2014, cuando ya tenía versión en español. Tanto Line como Telegram enarbolan dos banderas para destacar: la de la seguridad y la de la gratuidad.
¿Valen la pena? ¿Son realmente más seguros y gratis? Sigue leyendo

¿Hemos tocado techo? En absoluto. Me atrevería a decir que no estamos más que en los albores de la prehistoria digital y que queda mucho camino por delante. En este artículo planteo algunas tendencias que, casi seguro, tendremos muy pronto entre nosotros como algo más que habitual y lo que creo que será el mayor cambio.

Como, pese a todo, se sigue empleando de forma generalizada (incluso ya se recomienda usar el verbo wasapear), nosotros, como usuarios, no podemos hacer más que intentar extremar las precauciones. En este artículo se recogen algunos consejos para cuidar la privacidad y, de esta manera, evitar posibles sorpresas desagradables y se indican algunas opciones de configuración relacionadas que están un poco escondidas, detallando dónde cambiarlas en un iPhone, en un teléfono con Android, en una BlackBerry, en un smartphone con Windows Phone (por ejemplo Nokia Lumia) y en móviles Nokia con Symbian.