Hoy en día casi todas las empresas y organizaciones tienen presencia en Internet mediante, al menos, una web corporativa, y eso damos por hecho nosotros, los usuarios y los clientes actuales y potenciales.
Existe una gran variedad de opciones diferentes a la hora de crear esta página. Lo más habitual es tener una web dinámica basada en un sistema de gestión de contenidos CMS (WordPress, Joomla!, Drupal, etc.), que no es más que una página en la que, a través de un panel de control de acceso restringido a administradores del sitio, se pueden modificar todos y cada uno de los apartados sin necesidad de conocimientos de programación para actualizar los contenidos, añadir noticias o eventos, productos, etc. lo que redunda en independencia de la empresa desarrolladora.
Hoy en día es muy frecuente que las empresas y organizaciones tengan una web corporativa. En algunos casos se considera, erróneamente, que la web está acabada en el momento el que se finaliza su desarrollo y se abre al público cuando es justamente al revés, ya que ése es el momento de su nacimiento y a partir de ahí es cuando debe empezar a crecer, desarrollarse, optimizar su presencia en buscadores y, en general, mejorar.
¿De dónde se puede extraer buena parte de la información para tener la mejor versión la página para saber qué funciona, qué no y qué conviene cambiar?
Las empresas y organizaciones son cada vez más conscientes no solo de la importancia de tener una web corporativa diseñada para su público objetivo, sino de que ésta esté bien posicionada en los buscadores en general y en Google en particular (en España es el más utilizado con diferencia).
No es suficiente con tener una página repleta de servicios e informaciones. Los potenciales clientes deben poder encontrarla fácilmente en Internet y para ello es necesario aparecer en la primera página de resultados de los motores de búsqueda (idealmente entre los tres primeros y lo mejor, es, por supuesto, estar en el primer puesto).