Cada vez que damos de alta una determinada cuenta en una red social (Twitter, LinkedIn, etc.) y en otros muchos servicios y páginas web, es necesario introducir una dirección de correo electrónico. Este mail se suele utilizar para validar la cuenta e incluso para que nos envíen un recordatorio de la contraseña si la olvidamos. El problema es que si queremos generar varias altas, necesitamos, por lógica, diferentes cuentas de correo electrónico.
Esto, de por sí, no es suele ser un inconveniente hoy en día, ya que se pueden conseguir cuentas de correo electrónico de calidad gratuitamente, pero la cuestión es cómo se gestionan y comprueban, etc.
Afortunadamente, existen tres “trucos” si utilizamos Gmail, el servicio de correo electrónico de Google, que nos permite cuentas en muchos sitios web (casi todos) asociándolas siempre a la misma dirección de mail. También es posible hacerlo si nuestra cuenta es de Hotmail/Oulook utilizando alias muy fácilmente y lo veremos paso a paso.
Para estar al día (y por otras muchas razones), es muy recomendable crear alertas en Internet y así mantenerse enterado lo antes posible de todo lo que ocurre sobre un cierto tema o lo que se dice en referencia a algún término, marca, persona, (incluso nosotros mismos, el egosurfing que comentaba en “O eres diferente o eres barato”), etc.
Personalmente las utilizo desde hace más de una década y aunque Google Alerts es una buena opción, a veces no me avisa de ciertos datos que aparecen en Internet.
Para una marca o un profesional, es fundamental monitorizar su reputación en general y en Internet en particular. Talkwalker tiene un sistema gratuito de alertas que funciona muy bien y otro de análisis de presencia en medios sociales que rastrea la web para encontrar lo que se dice sobre una marca, nombre o hashtag.
Una de las características más utilizadas sin duda de WhatsApp (y probablemente parte de su éxito) son los grupos de chat, que tienen un máximo de 256 participantes o usuarios. A diferencia de las listas de difusión de WhatsApp (en la que la comunicación es de uno a varios), en los grupos todos pueden comunicarse con los demás miembros sin más que enviar un wasap.
El administrador inicial del grupo de chat WhatsApp, es decir, la persona que puede añadir y eliminar usuarios es el que lo crea. Ahora ya es posible añadir otros y que un grupo de WhatsApp tenga varios y cómo hacerlo se explica paso a paso, siendo válido para iPhone, smartphones y tabletas con Android.
Actualizado en junio de 2018 ya que es posible ya retirar el rol de un administrador sin necesidad de echarlo del grupo.
Hoy en día casi todas las empresas y organizaciones tienen presencia en Internet mediante, al menos, una web corporativa, y eso damos por hecho nosotros, los usuarios y los clientes actuales y potenciales.
Existe una gran variedad de opciones diferentes a la hora de crear esta página. Lo más habitual es tener una web dinámica basada en un sistema de gestión de contenidos CMS (WordPress, Joomla!, Drupal, etc.), que no es más que una página en la que, a través de un panel de control de acceso restringido a administradores del sitio, se pueden modificar todos y cada uno de los apartados sin necesidad de conocimientos de programación para actualizar los contenidos, añadir noticias o eventos, productos, etc. lo que redunda en independencia de la empresa desarrolladora.
Vivimos en una sociedad cada vez más hiperconectada en la que, gracias a la tecnología, podemos hacer más y más cosas en cualquier lugar pero, curiosamente, tenemos menos tiempo para hacerlas. “No tengo tiempo” parece haberse convertido en un mantra para muchas personas.
Estamos rodeados de dispositivos que continuamente están haciendo ruiditos por las incesantes notificaciones de WhatsApp, correos electrónicos, avisos de redes sociales y otras aplicaciones. Queremos estar informados de todo y saber qué ocurre inmediatamente y también responder tan rápido como sea posible, casi como si participásemos en un concurso.
Tenemos la sensación de que, sobre todo pensando en el ámbito laboral, responder rápido demuestra dedicación, seriedad, fiabilidad y, en general, que somos buenos profesionales. En parte es cierto (no voy a negar que tener una respuesta a una consulta que envío en un breve plazo me gusta) pero, por otra parte, poco a poco empezamos, incluso inconscientemente, a exigir esa rapidez en las contestaciones y ya no las vemos como algo bueno sino algo normal y, la no-inmediatez como algo malo.