
Hasta hace unos meses, los principales operadores en España subvencionaban la adquisición de los terminales con la particularidad que las ofertas realizadas eran más o menos personalizadas, lo que generaba un auténtico regateo de precios cuando finalizaba el contrato de permanencia para renovar.

No voy a decir nada sobre los números de prefijo 906, 807 y similares, ya que quien llama lo suele hacer para obtener un producto o servicio telefónico y es consciente (o, al menos, debería serlo) del alto precio por minuto que se le está facturando. Personalmente no los veo procedentes en líneas de atención comercial como tienen algunas empresas (varias compañías aéreas, entre ellas algunas “low cost”, las utilizan para “machacar” a sus clientes si quieren hacer algún cambio en sus billetes).
Desde hace unos años la “moda” de utilizar 902 como número de contacto principal (y único) de una empresa se está generalizando cada vez más. El cacareado argumento esgrimido normalmente (y que, personalmente, me parece fatal) es cuando dicen:

3. tr. Evitar un gasto o consumo mayor
En España hay desde hace años más líneas de móviles que ciudadanos y, según distintos estudios de consumo, la factura del móvil juega un papel destacado en las economías de las familias. En estas pocas líneas obviamente no voy a dar una receta mágica para adelgazar todas las facturas pero sí trazaré unas indicaciones que en base a mi experiencia y reflexiones conviene tener presente.