No me gustan los números de tarificación especial (901, 902, 906, 807, etc.). Si son la única manera de contactar con una empresa o entidad me parecen un abuso, ya que son llamadas que hay que pagar aunque se tenga una tarifa plana de llamadas a fijos y son especialmente caras si se marca desde el móvil.
No voy a decir nada sobre los números de prefijo 906, 807 y similares, ya que quien llama lo suele hacer para obtener un producto o servicio telefónico y es consciente (o, al menos, debería serlo) del alto precio por minuto que se le está facturando. Personalmente no los veo procedentes en líneas de atención comercial como tienen algunas empresas (varias compañías aéreas, entre ellas algunas “low cost”, las utilizan para “machacar” a sus clientes si quieren hacer algún cambio en sus billetes).
Desde hace unos años la “moda” de utilizar 902 como número de contacto principal (y único) de una empresa se está generalizando cada vez más. El cacareado argumento esgrimido normalmente (y que, personalmente, me parece fatal) es cuando dicen:
Ayer por la tarde saltó la noticia de que Movistar dejará, a partir del 1 de marzo, de subvencionar terminales. La primera vez que lo leí me aseguré que no era ni el día de los inocentes en España (28 de diciembre) ni en el mundo anglosajón (1 de abril).
El resumen es que, según afirman, Movistar cambiará su modelo de comercialización de los móviles y los cobrarán, aunque los financiarán a los clientes sin intereses. Se dice que no habrá permanencia pero supongo que el terminal lo venderán bloqueado bajo el pretexto de que es el operador quien paga una pequeña parte.
Soy bastante escéptico con la realidad completa de la noticia. Más bien me parece un globo sonda a ver cómo reacciona el mercado, aunque la puesta en funcionamiento del nuevo sistema es inmediato. ¿Perseguirán que todo el mundo corra hoy y mañana a las tiendas a renovar?