
Cargué la batería del Lumia totalmente el miércoles y de nuevo el jueves por la noche. Puede parecer bastante pero por un lado lo estoy usando mucho (reduce la vida de la carga de la batería) y por otro no tiene tarjeta microsim (porque la de mi iPhone 3GS no vale, no me apetece recortarla y aún no me han dejado una unos días como pensaba). No tener tarjeta implica que no se conecta a redes móviles y por tanto la batería debe durar más.
Lo enchufé y efectivamente apareció el icono de batería agotada. Poco después revivía. Parece que los 1450 mAh volaron rápido o quizá alguna de las aplicaciones que probé ayer se quedó abierta. A diferencia del iPhone, donde antes de darle a bloquear la pantalla siempre vuelvo al springboard o escritorio, en el Lumia lo bloqueo sin más. A partir de ahora volveré a la pantalla “inicio” también.

Con el iPhone cuando sé que voy a viajar o que necesito que dure lo que hago es desactivar el modo 3G (me quedo solo con 2G) y aguanta un 40% más aproximadamente a costa de una menor velocidad de datos.
Buscando por Internet encontré una manera de activar una aplicación de diagnóstico de Nokia donde vienen muchos datos sobre el teléfono y entre ellos el estado y carga de la batería. Para activarlo hay que marcar ##634# en el teléfono y tecla de llamada.
De todas maneras para esa capacidad de batería, tamaño de pantalla y procesador (1400 Mhz) me extrañaría que pasase del día al igual que el iPhone o terminales similares. Otro más del selecto club de los #ACargarTodosLosDías. Según el fabricante:
Sobre la batería, y dado que el formato del terminal es “unibody” (tan de moda últimamente) no se puede sacar de manera sencilla (igual que el iPhone).
La conclusión del capítulo de batería es que es normal… un día… en la línea de todos los smartphone actuales.
Este post forma parte de una serie de artículos sobre el Nokia Lumia 800.
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