Al visitar una página dejamos un rastro que los distintos sistemas de estadísticas web suelen registrar: desde dónde nos conectamos, con qué navegador, cómo llegamos ahí, cuánto tiempo estamos, qué visitamos, etc.
Uno de los más populares es Google Analytics (por ser gratuito y muy completo, integrarse muy bien con AdWords y estar en constante evolución –ya se puede usar totalmente desde el iPad por ejemplo). Uno de mis informes favoritos es el de “Proveedores de Servicios”. En él se puede ver qué operador de red (Movistar, Jazztel, etc.) utilizan los visitantes de la página para acceder a Internet y suele tener datos muy curiosos, ya que a veces las conexiones identifican a la empresa titular.
Cada vez es más difícil no encontrar una ‘dirección web’ (las típicas direcciones www. que están por todas partes) y un email como una posibilidad más para contactar con una empresa, independientemente de su tamaño y sector de actividad.
Internet nace en la década de los 70 pero empieza a ser conocida por el gran público a finales de los 90. A pesar de su relativamente corta vida entre nosotros ha sabido hacerse un merecido hueco como forma de comunicación e información, adelantando en muchos casos por velocidad, comodidad y economía a las clásicas consultas telefónicas a la hora de localizar lo que buscamos.