Mail es la aplicación de gestión del correo electrónico que viene de serie en todos los dispositivos de Apple con iOS.
En este artículo figuran algunos trucos y opciones de configuración y todos son válidos para el iPad, iPhone y iPod touch (salvo el primero que es solo para el iPad por razones obvias). Excepto en el primer truco que hay diferencias, en todos los demás es exactamente igual e incluso las opciones están en el mismo sitio.
¿Sabes cómo marcar como leídos todos los correos en iPhone/iPad o iPod touch en dos pasos y muy rápidamente con un truco? Hay dos maneras de hacerlo.
Accidentalmente encontré en 2012 una manera de marcar como leídos todos los correos sin tener que marcarlos uno por uno usando la aplicación de Mail del iPhone/iPod touch/iPad con iOS 5.1.1 y posteriores y sigue funcionando con iOS 12. Es muy práctico para los casos en los que se quiere que el contador de pendientes desaparezca.
Desde iOS 7 no solo es válido ese truco para marcar como leídos los correos del iPhone, iPad o iPod touch sino que también hay una manera «oficial» de hacerlo.
Aunque lleva más de ocho años operativo e incorpora cada vez más opciones y utilidades, sorprendentemente, no hay ninguna manera de ordenar los mails por tamaño en Gmail, el popular correo electrónico de Google.
Utilizo mi cuenta desde que salió en beta (abril de 2004 aunque no me fíe mucho de Google) para guardar una copia de seguridad de lo que me envían a otras cuentas. A pesar de que cada día aumenta ligeramente su capacidad, lo cierto es que ya la he llenado más de una vez.
Con más de 150.000 correos almacenados, muchos de ellos de pocos kilobytes, es una odisea saber qué borrar. Inicialmente buscaba aquellos que contengan “MPG” o “PPT” para eliminar primero los que más ocupan. Por más que investigué, nunca localicé ninguna manera nativa de organizar por tamaño.
En el artículo anterior definimos el spam como correo electrónico no solicitado ni deseado que llega a nuestros buzones electrónicos para intentar convencernos de algo que nosotros en principio no deseamos (que compremos un producto, que introduzcamos nuestros datos personales, etc.) y decíamos que para los “spammers” o generadores de este correo basura se trata de un negocio muy lucrativo.
Todos los que usamos regularmente el correo electrónico (yo personalmente ya no puedo estar sin él –como rezaba un anuncio de un estropajo en TV-) y lo “prodigamos” por ahí estamos avocados a sufrir el fenómeno conocido como SPAM y que consiste, básicamente, en la recepción de correo no solicitado ni deseado normalmente con fines comerciales (si bien tiene variantes como el phishing por ejemplo, ya comentado en esta columna y que persigue obtener datos confidenciales mediante el engaño).
El correo electrónico, comentado tantas veces en esta columna, ha cambiado definitivamente nuestra forma de comunicarnos, tanto a nivel personal como profesional y, en algunos casos, los resultados han sido peores de lo esperado, no por la tecnología sino por el contenido.
Como en todo tipo de comunicado tanto personal como sobre todo profesional, hay una serie de normas a la hora de enviar mensajes por email que son tan importantes como las que deben regir una llamada a un cliente o una visita personal, por ejemplo.